viernes, 29 de octubre de 2010

Marcelino Camacho

"No podemos comprender el por qué de las Comisiones Obreras más que viéndolas como la culminación de un proceso histórico. Nunca insistiremos bastante en que toda lucha es un proceso, y que sin el heroísmo de viejos militantes obreros y las nuevas promociones de éstos, que se jugaban la vida o largos años de prisión, no habríamos podido llegar al nuevo movimiento obrero. La clase obrera ha hecho su camino en condiciones extremadamente duras y es precisamente en las virtudes y defectos de ese pasado glorioso en el que se ha formado el fermento del nuevo movimiento obrero, de las Comisiones Obreras".

(Marcelino Camacho, Charlas en la prisión, Editorial Laia, Barcelona 1976, p. 69)

"Yo creo que he adquirido alguna base de tipo ideológico, alguna base de tipo económico, sociológico, histórico, y, con esas bases, he tratado de comprender los fenómenos y de comprender los errores, y las dificultades, pero no echarme a llorar, sino seguir... Después, el sustrato es el elemento básico. Yo diría que es muy parecido al de los primeros cristianos, de las catacumbas y conste de que yo no soy creyente pero -repito-, siempre repetando mucho a los que tienen esas creencias, como a los que tienen otras ideas, aunque no las apruebe y aunque alguna vez tenga que combatirlas, esa es la verdad. Pero me acuerdo que leyendo yo en la cárcel, leí el 'Quo Vadis'.
'Quo Vadis' explica un poco la vida de los cristianos en las catacumbas y cuáles eran las ideas que mantenían a los cristianos o cuando les lanzaban a las fieras o cuando estaban en las catacumbas y los torturaban... ellos luchaban frente a la esclavitud, porque decían que todos los hombres eran hermanos en Cristo y luchaban por unas ideas más justas, por el ser humano. Así que, luchar por una causa justa, el considerar que no se está sólo, que hay más gente que tú, incluso cuando estás a veces en los calabozos detenido por la policía político social en nuestro país, o los nazis, en Alemania, los que estaban con el nazismo... Saber que al ser justa la causa, no estar solo, saber que finalmente esta causa triunfará, así de simple y así de sencillo".

(Félix Gil, Hay otro socialismo. Conversaciones con Marcelino Camacho, C.C.G.L.-Medios de Comunicación Madrileños, 1989, pp. 129-130)

"La situación exige a la vez nuevos métodos y formas de organización, no sólo las clásicas, sino abrir amplios cauces para lo espontáneo, integrar flexiblemente a las nuevas capas y estratos que nacen de la antigua clase trabajadora, así como reducir sus tendencias corporativas, no olvidando a los sectores marginados de diferentes grupos".

(Marcelino Camacho, Confieso que he vivido. Memorias, Temas de Hoy, Madrid 1990, p. 520)


Y siempre, Josefina...

martes, 26 de octubre de 2010

La ciencia, Dios e Ibarretxe

Un animoso comentarista anónimo me pregunta si tengo la intención de escribir algo sobre la tesis doctoral que ayer defendió el ex lehendakari Juan José Ibarretxe. No había pensado hacerlo, pero recojo el guante (aunque por ahora por el dedo pequeño).
Tengo mucho respeto por ese peculiar producto académico que es la tesis doctoral. He formado parte de una treintena de tribunales, he sido director de ocho tesis ya defendidas y en la actualidad me encuentro dirigiendo otras nueve, todas ellas activas, en distintas fases de elaboración. Digo esto tan sólo con la intención de señalar que algo sé sobre el tema.
Finalizar una tesis doctoral es una tarea exigente. Tiene mucho mérito.
No conozco más que un breve resumen de la tesis en cuestión. Esperaré a poder leerla en su integridad para hacer un juicio de sus contenidos. Supongo que se publicará en breve. Hasta entonces, no tengo motivos para dudar de que Ibarretxe se haya ajustado escrupulosamente a las normas fundamentales del método científico. Tampoco se me ocurriría cuestionar la profesionalidad y el rigor de todos y cada uno de los miembros del tribunal.
Pero si lo que he leído en el resumen citado es, primero, exacto, y, segundo, representativo del tono intelectual del texto, tengo que confesar que me deja muy sorprendido. Un ejemplo:
“También el final-comienzo de siglo supuso un cambio de paradigma en relación con la construcción del principio democrático. Pues, primero el llamado “Documento Ardanza” en el año 1998, y después los programas de gobierno del Gobierno Vasco nacido de las elecciones en 1998 y 2001, establecieron con claridad la legítima reivindicación del principio democrático, del derecho a decidir, como la “clave de bóveda” para la construcción social, política y económica del Pueblo Vasco en el siglo XXI”.
Una tesis no es un ensayo. Es un ejercicio de investigación que, al menos como actitud, debería estar guiado por una perspectiva más falsacionista que verificacionista.
Mal que le pese a Hawking, la ciencia no puede afirmar nada sobre la existencia o no de Dios. Tampoco sobre la bondad o no del Plan Ibarretxe.

lunes, 25 de octubre de 2010

¿Vivir 1.000 años?

El sábado leía una entrevista con Aubrey de Grey, gerontólogo especializado en ingeniería de la regeneración antiedad.
Su proyecto: lograr la reversión del proceso del envejecimiento biológico, consiguiendo "tomar a una persona de 60 ó 70 y que vuelva a sus 30 años", reparando sus células "como se reparan los coches".
Dice tener el plan necesario para alcanzarlo, pero le faltan fondos para llevarlo a la práctica.
Tampoco tiene demasiada idea sobre los problemas sociales y psicológicos que la prolongación de la vida podrían plantear. Por sus declaraciones transmite la impresión de que tampoco le importan demasiado.


El libro que me acompaña estas noches, El año del diluvio, de Margaret Atwood,
contiene alguna reflexión sobre este asunto:

"El balneario no tenía grandes secretos que defender, de modo que los vigilantes se limitaban a controlar a las damas que iban entrando, aterrorizadas por las primeras arrugas y señales de decaimiento, y luego volvían a salir, hinchadas y estiradas, con la piel nueva, irradiadas y sin manchas.
Eso sí, seguían aterrorizadas, porque ¿cuándo podía volver a pasarles otra vez lo mismo, todo lo mismo? Todas las señales de la mortalidad. A nadie le gusta, pensó Toby, ser un cuerpo, una cosa. Nadie quiere estar limitado de esa manera. Sería mejor tener alas. Incluso la palabra carne tiene un sonido blando.
No sólo estamos vendiendo belleza, decía la AnooYoo Corp en sus instrucciones al personal. Estamos vendiendo esperanza. Algunas de las clientes eran exigentes. No podían comprender por qué ni siquiera los tratamientos más avanzados de AnooYoo volverían a convertirlas en mujeres de veintiún años.
- Nuestros laboratorios están en el buen camino de la reversión de edad -les diría Toby con tono tranquilizador-, pero aún no han llegado. Dentro de unos años...
Si tanto quieres tener la misma edad por siempre jamás, salta desde el tejado, pensaba. La muerte es un método a prueba de bombas para detener el tiempo".

Por si no ha quedado claro, lo de Atwood es ficción mientras que lo de de Grey es...
En fin, yo me pregunto con Queen: ¿quién quiere vivir para siempre?





No hay tiempo para nosotros.
No hay lugar para nosotros.
¿De qué están hechos nuestros sueños,
que se nos escapan?
¿Quién quiere vivir para siempre?
¿Quién quiere vivir para siempre?
No tenemos ninguna oportunidad,
todo está decidido para nosotros.
Este mundo tiene un solo dulce
momento determinado para nosotros.
¿Quién quiere vivir para siempre?
¿Quién quiere amar para siempre
cuando el amor debe morir?
Pero acaricia mis lágrimas con tus labios,
siente mi mundo con la yema de tus dedos,
y lo podremos tener para siempre,
y podremos amar para siempre.
Para siempre es nuestro hoy.
¿Quién quiere vivir para siempre?
¿Quién quiere vivir para siempre?
Para siempre es nuestro hoy.
¿Quién, de todas formas, espera para siempre?