sábado, 23 de octubre de 2010

Asociación Chernobil

La Asociación Chernobil nos ha convocado esta tarde en Bilbao para empezar a preparar la campaña de acogida 2011.
Su lema será: "¡Acoge sus sueños! / Bere ametsak has itzazu!".
Un lema sumamente apropiado, pues eso es lo que hacemos las familias de acogida: sobre todo, ofrecer la posibilidad de ampliar los horizontes de las niñas, niños y adolescentes con los que compartimos vida durante dos meses, año tras año.

Chernobil Elkartea se ha planteado como objetivo para el 2011 poder traer a 300 niños. Para lograrlo es fundamental que se incorporen al proyecto nuevas familias de acogida.
En Ucrania ya nos están esperando. Con sus sueños.

viernes, 22 de octubre de 2010

¿Qué fue primero, la pregunta o la respuesta?



"Da a tus hijos todas las respuestas antes de que te hagan las preguntas".
No entro a valorar la calidad de la publicación.
Pero me parece que la publicidad que la acompaña no es en absoluto adecuada desde un punto de vista estrictamente pedagógico.
¿Facilitar las respuestas antes de que se hagan las preguntas?
Más bien pienso que uno aprende preguntando(se). Y aprendiendo, a partir de estas preguntas, a buscar las posibles respuestas.
Planteamiento de problemas. Formulación de hipótesis. Ensayo y error.

"Si se medita un poco, parece casi por completo evidente que la lógica del conocimiento haya de hundir sus raíces en la tensión entre el conocimien­to y la ignorancia (...)
En la medida en que quepa en absoluto hablar de que la ciencia o el conocimiento comienzan en algún punto tiene validez lo siguiente: el conocimiento no comienza con percepciones u observación o con la recopilación de datos o de hechos, sino con problemas. No hay conoci­miento sin problemas -pero tampoco hay ningún problema sin conoci­mien­to. Es decir, que éste comienza con la tensión entre saber y no saber, entre conocimiento e ignorancia: ningún proble­ma sin conocimiento -ningún problema sin ignorancia. Porque todo problema surge del descubrimiento de que algo no está en orden en nuestro presunto saber; o, lógicamente considerado, en el descubrimiento de una contradicción interna entre nuestro supuesto conocimiento y los hechos; o expresado quizá más adecuadamente, en el descubrimiento de una posible contradic­ción entre nuestro supuesto conoci­miento y los supuestos hechos.

(...) De manera, pues, que el punto de partida es siempre el problema; y la observación únicamente se convierte en una especie de punto de partida cuando desvela un problema; o, con otras palabras, cuando nos sorprende, cuando nos muestra que hay algo en nuestro conocimiento -en nuestras expectativas, en nuestras teorías- que no está del todo en orden. Las observaciones sólo conducen, pues, a problemas, en la medida en que contradicen algunas de nuestras expectativas conscientes o inconscientes. Y lo que en tal caso se convierte en punto de partida del trabajo científico no es tanto la observación en sí cuanto la observación en su significado peculiar - es decir, la observación generadora de problemas".

Karl R. Popper, en La disputa del positivismo en la sociología alemana, Grijalbo, Barcelona 1972