domingo, 15 de febrero de 2015

Canciones de amor a quemarropa





 

Canciones de amor a quemarropa
Nickolas Butler
Traducción de Marta Alcaraz
Libros del Asteroide, Barcelona 2014

Más que un libro es un respiro.
Trata sobre las raíces, sobre todo sentimentales, y sobre el papel que los lugares juegan en su construcción. Concretamente, el papel de una pequeña localidad de Winsconsin en la que cuatro amigos iniciaron su existencia, vieron como sus vidas tomaban caminos muy distintos, para reconocerse al final inexorablemente unidos por sus orígenes.
Ser libres sólo aceptando la atadura a una concreta geografía emocional.

"Cuando no tenía otro lugar adonde ir, siempre volvía a Little Wing. Cuando no tenía nada de nada, volvía a Little Wing. Volvía aquí y, de la nada, hacía algo. Aquí podría vivir sin apenas dinero, no tenía en qué gastarlo ni a quién impresionar. Aquí a la gente sólo le importa tu espíritu de trabajo, tu amabilidad y tu capacidad. Yo volví a Little Wing y aquí descubrí mi voz como quien descubre algo que se le ha caído del bolsillo, somo si fuera un souvenir que llevara tiempo olvidado. Y cada vez que vuelvo aquí me encuentro rodeado de gente que me quiere, que se preocupa por mí, que me protege como si levantara una tienda de calor. Aquí escucho cosas, aquí el mundo tiene un latido distinto, el silencio suena como una cuerda que alguien hubiera rasgado millones de años atrás, música en los álamos y los abetos y los robles, hasta en los campos y en el maíz que sse seca al sol.
¿Cómo le explicas todo eso a alguien? ¿Cómo le explicas eso a alguien a quien quieres? ¿Y si no te entiende?".

Todo lo contrario del actual mundo líquido, fluido, deconstruido, móvil, global, nómada... O no: que este mundo sigue siendo también sólido, estable, localizado.
Como yo soy cada vez más sedentario, como mi ideal es poder vivir "en un metro de bosque", me he identificado mucho con las historias que cuenta Butler



Desde sus primeras páginas [puedes leerlas aquí] me recordó la película Beautiful Girls, estrenada en 1996, dirigida por Ted Demme y con un reparto soberbio: Timothy Hutton, Uma Thurman, Matt Dillon, Mira Sorvino, David Arquette o una fascinante y jovencísima Natalie Portman. En su momento, esta película también me gustó mucho.
La escena en la que cantan "Sweet Caroline" es un buen ejemplo del tono de la película.

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